Como ya comenté en la primera
parte de la trayectoria de Tarantino, tras Reservoir Dogs llegó Pulp Fiction, su ópera prima y una de
las mejores películas de la historia.
Resumiría el argumento de la
película de manera muy sencilla: Tarantino hace lo que le da la gana. Es así, el maestro Quentin juega con el espectador como él quiere. No sabes dónde
estás, que está pasando, que ha pasado antes, que ha pasado después. No sabes
nada. Y eso convierte a Pulp Fiction en un juego, un juego magníficamente
llevado y que el espectador debe intentar ganarlo. Una tarea muy difícil viendo
el encaje de bolillos de Tarantino.
Probablemente al ver la película
no te enteres de nada. Esto te hace centrarte más en la película y que no
puedas perder ningún detalle. Todos los personajes tienen momentos
verdaderamente importantes en la historia, contribuyen al igual que los dos
protagonistas, Vicent Vega y Jules Winnfield.
El comienzo te deja la cabeza
como un bombo, y al pasar el opening no sabes por donde van. Pero entonces te
dejas llevar, es inevitable. El guion es sencillamente espectacular, das
gracias que haya aparecido un tipo que consiga hacer disfrutar al espectador
con cada frase, gesto y expresión. Todos los diálogos tienen algo, algo que
cuando versionas la película por segunda o tercera vez te encaja. Empiezas a
hilar la historia y todo cobra sentido, y entonces es cuando te das cuenta de
todo y no puedes evitar decir: “Qué cabron Tarantino. Maldito genio”
La aparición del Señor Lobo con
sus geniales frases “Soy el señor lobo. Soluciono problemas”, “Estoy a 30
minutos de allí, llegaré en 10” y la archiconocida “No empecemos a chuparnos
las pollas” ha sembrado escuela. No hay película que recuerde tenga tantísimas
frases tan reconocidas en todos los momentos de la vida. Frases que se utilizan
infinidad de veces y que han salido de ahí, de la cabeza de un genio, de la
cabeza de Tarantino.
Si con Reservoir Dogs no había
quedado claro el dominio de Quentin en la industria del celuloide, en Pulp
Fiction se reafirma y ya se convierte en un reconocido director y guionista.
Por eso mismo ese año le fue reconocido el premio a mejor guion original (y
menos mal, de los más originales nunca vistos). Este premio lo compartió con
Roger Avary, que también escribió el guion junto a él.
Esta película no tiene
precedentes en cuanto a la maestría de utilización de la gran cantidad de
historias cruzadas, los flashbacks, en definitiva, en desubicar al espectador
para que no sepa qué está viendo y porqué. Posteriormente habría una película
que también realizaría los saltos temporales de una manera brillante, Memento,
de un grandísimo director como es Christopher Nolan.
Por último para esta segunda
parte me gustaría comentar una faceta de Tarantino que prácticamente tiene en
común en todas sus películas, y es su aparición como actor. Suele ser meramente
circunstancial, sin tener papel protagonista, véase en Reservoir Dogs, Pulp
Fiction y, sobre todo, en Malditos Bastardos. Cabe destacar que cuando ves
estas escenas no puedes evitar reírte, lo hace tan sumamente mal que te tienes
que descojonar, y eso solo lo consiguen los grandes. A él le da igual que actúe
mal (que lo sabe de sobra), pero como le da la gana hacerlo pues lo hace y
sale. Memorables esas escenas, las risas que habré tenido con su escena de Pulp
Fiction, al igual que con su escena en Django Desencadenado. Grande su cara
desencajada. No cambies nunca genio.
Por último, de la misma manera que la primera parte, dejo dos vídeos míticos de Pulp Fiction. El opening con esta canción reconocida hoy en día, pero sobre todo el famoso baile de Uma Thurman y John Travolta. Magníficos.
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